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‘Vamos a salir de esta crisis, como siempre’, Frank Elías Rainieri

Siempre que llovió, escampó y volvió a salir el sol . En sus más de 40 años de existencia, Punta Cana no solo se ha convertido en el destino más conocido y apetecido de República Dominicana, sino también en una nueva versión del ave Fénix, capaz de reinventarse, de reconstruirse una y otra vez. Y ahora, golpeada por los efectos de la crisis provocada por el coronavirus, no será la excepción.

Con convicción (los aprendizajes de eventos anteriores y como vicepresidente del Grupo Punta Cana), pero también con mucho corazón (su padre Frank Rainieri fue uno de los creadores de este popular destino), Frank Elías Rainieri habla sobre este difícil presente y de cómo afrontar el impacto del coronavirus. Esta es la cuarta gran amenaza que enfrenta la ciudad y, dados, saldrá adelante.

“En 1998, el huracán George destruyó por completo la zona turística, ya que el ojo del huracán pasó a solo 20 millas al sur de la costa” , recuerda . Fue, exactamente, en la mañana del martes 22 de septiembre, cuando la temible amenaza natural impactó la isla con vientos de hasta 200 kilómetros por hora y olas de más de 12 pies de altura (3,65 metros). Fue algo devastador.

Irrumpió con fuerza por la costa oriental, en la que se encuentra Punta Cana, y cogió por sorpresa a la población. De manera increíble, las autoridades no sabían en qué momento llegaría el huracán y tampoco, con qué fuerza lo podría. La desinformación y la falta de precauciones fueron sus grandes aliados para destruir gran aparte del país y dejar la muerte y la desolación allí por donde avanzó.

Cuando aún no terminaba de reponerse de ese golpe, sufrió el atentado a las Torres Gemelas, en Nueva York, que afectó en gran medida al turismo, fuente principal de ingresos de Punta Cana. Los estadounidenses son los principales visitantes extranjeros y por un tiempo el flujo de turistas cayeron. Y luego, en 2008, fue el turno de la burbuja económica que derrumbó la economía.

“De todas, sin excepción, Punta Cana se convirtió y volvió a florecer ya crecer. Y en esta ocasión entendemos que será lo mismo. El turismo, la fuente de trabajo y el desarrollo de la zona, es algo que cada día las personas quieren hacer más. Posiblemente, tendremos que tomar medidas de precaución para no contraer el virus, pero sabemos que la gente va a querer viajar y va a querer seguir disfrutando de la vida ” , asegura.

Para Rainieri, sin embargo, la clave no está en el pasado, sino en el presente y en el futuro. “En momentos como estos es cuando uno se sienta a analizar: ¿qué es la vida? ¿Cómo es? ¿Y qué tan rápido uno la lleva olvidando muchas cosas? Debemos recordar que en estos momentos es que uno aprecia más la familia. Pero, también uno aprecia las oportunidades que vienen ” , dice.

Recuerda que la gran crisis económica de 2008 redundó en una “revolución de nuevos negocios. Y este es un momento en que uno en su casa piensa cómo reinventarse, qué tengo que trabajar para reinventar nuestras industrias. O qué industrias nuevas van a salir. Ese espíritu emprendedor que uno tiene dentro hay que sacarlo y llevarlo hacia el más allá, hacia lo que viene ” , asegura.

Por ejemplo, la oportunidad que muchos ven en las actuales circunstancias y que encierra una pregunta que produce inquietud: ¿es el momento de comprar en Punta Cana? “Creo que hay dos tipos de compras: el que adquiere para uso propio y el que hace por inversión. Pienso que estas últimas oportunidades todavía no llegaron, aunque soy un creyente de la industria inmobiliaria ” 

Para Rainieri, más que una cuestión de oportunidad, se trata de una vieja premisa que no pierde vigencia en el mundo inmobiliario: «¡Ubicación, ubicación, ubicación!» (¡Ubicación, ubicación, ubicación!). «Hay que saber dónde comprar, cómo comprar y cuándo comprar» , explica. Y dice que hay que esperar un par de meses para saber cómo es el impacto de la crisis en la industria.

“Lo que sucede es que nosotros somos una empresa inmobiliaria diferente. Somos conservadores y nunca hemos creído en un gran volumen de inventario. Y hemos protegido mucho nuestro mercado ” , afirma. ¿Cómo lo hacen? «Controlando la intervención de especuladores que suelen tener en algunos proyectos y enfocándonos en los compradores finales, reales y fuertes que van a usar su propiedad por un largo plazo» .

Por ejemplo, dice, en el segmento de los resorts , un propietario opera su vivienda durante un período que oscila entre 8 y 12 años. “Ese es el rango de tiempo que un propietario extranjero te compra una propiedad la disfruta antes de ponerla en venta. En el caso de las villas, es mucho más largo porque son casas de uso primario. La gente compra para largo plazo para hacer su vida ” .

Y reveló lo que es la estrategia que emplean: “nosotros controlamos mucho el inventario y cuando enfrentamos crisis como esta, el Grupo Punta Cana saca por completo su inventario de mercado y solo nos quedamos con las reventas de terceros. De esa forma, si teníamos 15 propiedades, nos quedamos con solo 3 propiedades, 2 propiedades, y así es posible que el valor se mantenga ” .

La idea es evitar que, cuando soplan vientos de crisis, aparezcan aquellos que aman de especular con los precios y que, como afectados en 2008, solo hacen daño. «La prioridad es mantener los valores y, así mismo, seguir dándoles valor a los que han comprado propiedades en nuestro proyecto durante los últimos 20 años» . La razón de ser de la industria es el cliente.

Según Rainieri, una vez terminada la cuarentena y el cierre de fronteras, cuando se reactiva el turismo y la actividad de las amenazas, la primera tarea consiste en desarrollar una estrategia de marketing de reposicionamiento. Es volver a salir a la calle y decir ‘Estamos aquí, los recibimos con los brazos abiertos’. Es una mano de obra en la que afectamos que sumarnos todos, porque nos afecta a todos ” .

Y esbozó en qué consiste la estrategia que preparan mientras esperan que se levanten las restricciones. “Ahora mismo tenemos que mandar un mensaje de recuperación. De que sí podemos, de decirle a la ciudadanía qué se ha hecho. Muchas veces necesitamos unos golpes porque tantos éxitos juntos nos hacen olvidar lo que hemos vivido en República Dominicana ” .

Y, de acuerdo con este visionario empresario, “República Dominicana ha sido un país exitoso. Hemos crecido muchísimo como Nación, como sociedad. Pero, a veces hay que recordar y mirar hacia atrás, ver dónde comenzamos, cómo comenzamos cuando comenzamos. Y este es un momento de mensajes inspiradores, mensajes que promuevan acciones efectivas ” , explica.

La segunda etapa consiste en ir al extranjero y “recordar a la gente que Punta Cana está aquí, que estamos aquí y que nos fortalece de esta situación. La tercera fase, que es la etapa real de mercadeo, es llevar un mensaje al mundo. «Que somos un país de baja densidad (uno), un destino seguro (dos), cercano a Estados Unidos (tres) y que la gente puede disfrutarlo (cuatro)» .

Es un mensaje que se debe transmitir mostrando lo que somos, cómo son nuestras playas, que no son como las de Copacabana con cien mil personas. “Eso no es lo que la gente quiere ahora. La gente quiere una playa donde haya más espacio, donde haya más separación entre personas y donde se disfrute libremente. Ese es el mensaje que tenemos que llevar a todos lados ” , afirma.

Siempre que llovió, escampó y volvió a salir el sol  . Y si de algo disfrutamos los dominicanos es de un sol esplendoroso que, junto con nuestras hermosas playas y el recurso más valioso que poseemos, nuestra gente, nos convertimos no solo en un destino único, sino también en el preferido de cientos de millas de turistas cada año  Por ellos, una vez más nos levantaremos.

El Consejo de Emil

Es hora de reinventar el sector inmobiliario

Para quienes somos parte del sector inmobiliario, el Grupo Punta Cana es una referencia, uno de los más importantes, una luz que guía nuestro camino. Y somos exactamente, así mismo, de que en una situación como la actual, con la economía golpeada, actividades paralizadas y la incertidumbre en su máximo nivel, no podemos salir adelante si no actuamos juntos, si no nos apoyamos a otros.

¿Qué debemos hacer, entonces? «Yo creo que ahora es reinventarnos, el sector completo» , asegura Rainieri. “Hay que organizarnos para generar el despegue económico. Mientras este no se dé, la gente actuará de forma conservadora, pero sí va a tener oportunidades, y pienso que los agentes inmobiliarios tienen que estar viendo todas esas oportunidades que están moviendo ” .

Una de las tareas fundamentales, dados, es que tienen sus bases de datos al día para activarlas, porque sí necesitamos las ventas. Todo el mundo necesita venta. La construcción en República Dominicana es una industria gigante e importante para darle dinámica a la economía. «Sin la construcción, mueve una gran cantidad de colaboradores y empleados, el país no va a ser un producto productivo» , agrega. 

Y las ventas son el combustible que mueve ese motor económico, según Rainieri. “Entonces, necesitamos a la gente de la industria inmobiliaria dispuesta, lista, sabiendo sus inventarios. Qué mueve, qué está buscando el cliente, qué oportunidades hay. «Y qué tienen posibilidades de que va a tener muchas oportunidades, pero también que que posiblemente no hayan tenido» , explica. 

No se trata, asegura, de subir el precio de manera caprichosa, o de bajarlo porque sí. «Hay que saber cómo enfocarlo, cómo trabajar y especialmente, saber el cliente qué está buscando» . Una tarea que no será fácil, por el miedo que reina en la gente, por la desconfianza del mercado por la incertidumbre, porque al cliente le enviamos mensajes negativos desde otros sectores y medios.

“De lo que se trata es de empujar, ofrecerle al comprador la opción de adquirir una propiedad, pero que entienda que esto es una lluvia, lo que estamos viviendo no es por siempre. «Que sepa que todo va a pasar y que hay oportunidades que no se pueden dejar pasar» . Que el cliente se dé cuenta de qué puede hacer hoy para su mañana sea mejor para él y para su familia.

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¿Sabes cuál es el activo más valioso de tu negocio? ¡Tu cliente!

Emil Montás - EmilMontas.com

¿Qué le hace falta a tu negocio para despegar? ¿Dinero? ¿Tecnología? ¿Equipo humano? ¿Más clientes? Estas son preguntas que le quitan el sueño a cualquiera, pero no es fácil encontrar una respuesta satisfactoria. Cada caso es particular y casi nunca tenemos la valentía para reconocer que una de las principales razones del estancamiento son nuestras acciones y decisiones.

Estoy prácticamente seguro de que me vas a decir “todas las anteriores”. Si ese es tu caso, déjame decirte, con todo respeto, que estás equivocado. Con la experiencia, con tantos errores que he cometido (y todavía cometo), con las enseñanzas de mis mentores y de mis clientes, aprendí que las razones para que un negocio no funcione jamás son externas: siempre son asuntos internos.

“No, Emil, está muy difícil por la cotización del dólar”, “No, Emil, es que los clientes se volvieron desconfiados”, “No, Emil, es que el mercado en esta zona está a la baja”… Las excusas son variadas, pero casi nunca son justificadas. El mercado siempre ha estado así, inestable, competido; los clientes siempre han sido desconfiados, así que no hay razón para que eso te detenga.

Cuando un negocio falla, cuando las ventas no se dan, cuando los clientes se nos escabullen de las manos, de inmediato todos miramos hacia afuera. Y encontramos razones, explicaciones y culpables donde no los hay, simplemente porque necesitamos justificar algo que se nos salió de las manos. Honestamente, todos esos factores influyen, pero ninguno es la verdadera razón.

“Entonces, Emil, ¿cuál es el problema?”. La respuesta a esta pregunta tiene muchas opciones, pero hace poco encontré una que me encanta porque en muy pocas palabras resume la realidad. Es una frase expresada por Jim Rohn, un empresario estadounidense, autor de 34 libros y reconocido orador motivacional. Además, exhibe una credencial única: fue el mentor del gran Tony Robbins.

Rohn dijo “Un cliente bien atendido podría ser más valioso que invertir 10.000 dólares en publicidad”. ¿Te das cuenta? No mencionó tecnología, ni equipo humano y el dinero lo puso en un plano secundario. ¿Lo más importante? El cliente, tú cliente. Esa es una verdad que nos cuesta mucho reconocer, que nos cuesta mucho aprender, y por eso enfrentamos tantos obstáculos.

Durante un tiempo, yo mismo cometí ese error. Me concentré en los factores externos y descuidé el más importante de los internos, mi cliente. Rohn, que dicen dio más de 6.000 conferencias en las que participaron al menos 5 millones de personas en todo el mundo, no fue un innovador, ni un revolucionario: lo suyo era lo básico, la esencia, los fundamentos. ¡Ese fue su éxito!

A veces, cuando tenemos un nuevo cliente, nos dejamos llevar por la emoción. Queremos causar una grata impresión, y cometemos el error de hablar más de lo necesario, de querer acelerar el proceso, de pretender meterle al cliente por los ojos la propiedad que le queremos vender. Así, lo único que conseguimos es molestarlo, incomodarlo, al punto que prefiere no comprar.

Antes de pensar en la la posibilidad de invertir 10.000 dólares en publicidad, mira qué puedes hacer por tu cliente. Sí, de qué manera puedes responder adecuadamente sus objeciones. ​Bríndale tanta información como sea posible para que disponga de los argumentos necesarios para tomar una decisión sana, la más conveniente. Recuerda: un cliente bien atendido es el activo más valioso de tu negocio. ¡No lo malgastes!

​El Consejo de Emil

Y después nos preguntamos, “¿Qué pasó? Hice todo bien, según el manual”. La verdad, amigo mío, es que lo hicimos todo mal. ¿Por qué? Porque la clave de los negocios, especialmente en el mundo actual, radica en escuchar a tu cliente, en dejarlo hablar tanto como quiera. Mientras él habla, toma notas, procura identificar cuáles son sus principales objeciones y miedos, lo que lo inquieta.

No tienes por qué responder en ese momento. “Mire, don Jorge, lo he escuchado con atención y he tomado nota de sus observaciones, que son muy valiosas. Le agradezco que comparta esta información conmigo, pues va a ser muy útil para ayudarlo a encontrar justo lo que desea. Le pido que me dé un par de días para trabajar en la oficina y resolver estas inquietudes que me planteó”.

¿Qué acabas de hacer? Justo lo que dice Jim Rohn: atender bien a tu cliente. Por si no lo sabías, y ese un error muy común, atender bien a un cliente no significa darle la razón, ni responder todas sus inquietudes al instante, ni sacrificar nuestro esfuerzo para que él se sienta bien. Atender bien a un cliente comienza por escucharlo con atención, algo que muy pocos ponen en práctica.

Esta es una premisa que aplica no solo para los negocios, sino también para la vida. Si alguna vez discutiste con tu esposa, o con un hijo adolescente, sabrás a qué me refiero. Cuando los dejas hablar, cuando permites que se desahoguen, cuando los haces sentir importantes, las objeciones y la agresividad se derrumban. Es, entonces, el momento para que tú actúes con tranquilidad.

Cuando algo en nuestro negocio no funciona, casi siempre miramos para el lado equivocado. Dinero, tecnología, equipo humano, la competencia, el dólar, el Gobierno, y nos olvidamos de lo único importante, que es el cliente. A veces, gastamos 10.000 dólares en publicidad, como dijo Jim Rohn, pero solo conseguimos perder el dinero. Y nos quedamos sin saber qué pasó en realidad.

Una de las mayores fortalezas de mi empresa, una de las razones de mi éxito, es que aprendí que el centro de atención de un negocio es el cliente. No importa a qué te dediques, no importa qué vendas, no importa qué servicio ofrezcas. Si el cliente es tu razón de ser y tus acciones y tus decisiones están diseñadas para proporcionarle bienestar y satisfacción, lo demás vendrá por añadidura.

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5 geniales lecciones para el éxito, al estilo de Jack Ma

Emil Montás - EmilMontas.com

En los últimos días, el nombre del multimillonario chino Jack Ma ha estado en los titulares de los principales medios de comunicación de todo el planeta negocios. ¿Por qué? El pasado lunes 10 de septiembre, el día en que celebró 54 años, anunció que dejará de ser la cabeza visible de AliBaba, la compañía que lo dio a conocer en el mundo de los negocios y lo hizo inmensamente rico.

Han pasado casi 20 años desde que en 1999, exhibiendo una visión que lo hizo diferente y referente en la industria, Ma se unió con 18 amigos para recolectar los 60.000 dólares necesarios para formar su compañía. Hoy, AliBaba es un monstruo de proporciones incalculables, que en el ejercicio de 2016 registró ventas por 11.000 millones de dólares (y no me preguntes cuántos ceros son).

“¡Wooowww!, 11.000 millones de dólares, eso es mucho”, podrás decir. No solo es mucho, es mucho más que mucho, y perdona la redundancia. ¿Por qué te lo digo? Porque esa cifra representa casi veinte veces más (¡sí, 20!) de lo que acreditó su más enconada competidora, la conocida Amazon de Jeff Bezos: sus beneficios, en ese 2016, fueron ‘solo’ 595 millones de dólares.

El problema es que estamos acostumbrados a las noticias que nos llegan desde la óptica occidental, que por lo general desconoce, o le resta valor, a lo que ocurre en el hemisferio oriental. Te doy otro dato para que comprendas lo que significa AliBaba en el mundo de los negocios: sus ganancias son superiores a las de Amazon y eBay, sumadas. ¡Qué locura!

No se tú, pero a mí me parece que, a la luz de esos resultados (que al fin de cuentas es lo que manda en el mundo de los negocios), es mucho lo que los emprendedores podemos aprender de Jack Ma. No importa a qué te dedicas, no importa qué vendas: este señor es un genio del siglo XXI y vale la pena considerar (al menos), sus enseñanzas. Acá te dejo cinco de las más importantes:

Estamos acostumbrados a escuchar solo aquello que es afín a nuestros valores, creencias y modelo educativo. En el mundo de los negocios, sin embargo, para alcanzar el éxito hay que romper paradigmas, hay que escuchar otras voces, aprender de otras experiencias. No cabe duda de que Jack Ma, con sus controvertidas ideas, tiene mucho para enseñarnos.

​El Consejo de Emil

1) Objeciones son oportunidades: Ma dice que con frecuencia visita lugares, negocios en los que los clientes se quejan permanentemente, como si todo funcionara mal. Cualquiera podría decir “esto no sirve, hay que cerrar”, pero el chino tiene una visión distinta: “ahí hay una oportunidad de negocios”. ¿Por qué? Porque para él las objeciones pueden transformarse en oportunidades.

El argumento de Ma es que “cuando las personas se quejan, lo que hacen es expresar sus necesidades, te dicen lo que buscan, lo que quieren”. Entonces, lo que tienes que hacer es escuchar con atención, tomar nota de esas necesidades (ya no objeciones) y trabajar para dar la respuesta adecuada. “Las quejas de tus clientes son la mejor oportunidad de aprendizaje del emprendedor”.

2) El modelo de negocios: en este punto, el empresario chino nos ofrece una teoría que va en contravía de los mensajes con que nos bombardean día a día en Occidente. Para él, solo hay un modelo de negocio, y no importa si es dentro o fuera de internet: “ayudar a los demás”. De nuevo, nos ofrece un argumento sencillo, pero irrefutable: “el dinero está en ayudar a los demás”, dice.

Buena parte de las ganancias de su empresa (100 millones de dólares al día) corresponden a lo que recibe por promocionar y vender los productos de pequeños empresarios/emprendedores chinos, que no tienen cómo competir en los mercados de otras latitudes. “Si tu producto es la solución de una necesidad, si hace más felices y sencillas las vidas de otros, es un buen negocio”.

3) Compartir es la fórmula: en el pasado, solo una de las partes tenía la información (el productor) y era la que imponía las condiciones. Luego, con la revolución digital y la irrupción de internet, el conocimiento y la información están a un clic de distancia para cualquiera. Eso, por supuesto, cambió el escenario y provocó que se establecieran nuevas reglas, un nuevo modelo de negocio.

¿Sabes cuál es? Compartir la información. “Cuanto más compartas, más conocida y reconocida será tu empresa, más conexión logrará con el mercado, con sus clientes. A medida que las personas comparten de tu empresa, aumentan los clientes, aumentan los ingresos, asegura Ma. En su opinión, estamos en la era del todos somos iguales, porque el conocimiento es derecho de todos.

4) Tu trabajo no es una guerra: otro concepto que seguramente será controvertido por estas latitudes, donde nos venden la idea de que competir en el mercado es como ir a la guerra. Según Ma, tus competidores no tienen por qué ser tus enemigos. Más bien, aprende a aprovechar lo que ellos pueden enseñarte para mejorar tu negocio, para establecer un proceso de mejora continua”.

¿Cómo así? El empresario chino argumenta que ver lo que hace la competencia, y cómo lo hace, nos permite ver lagunas o vacíos de nuestro producto, de nuestro servicio. “La competencia bien entendida es una oportunidad de crecimiento y mejora para las empresas que tienen la capacidad de corregir y ofrecerles lo mejor a sus clientes”. Siempre hay una nueva oportunidad, asegura.

5) Cambia en el éxito: esta es una de las ideas que tengo que implementar en mi empresa, porque sin duda es revolucionaria. Por lo que nos enseñaron, por el arraigo cultural de nuestros países, solo aceptamos enfrentar el cambio cuando ya no hay nada más que hacer, cuando es la única salida posible. Ma, en cambio, tiene una teoría completamente distinta: “cambia en el éxito”.

¿Eso qué significa? Que inclusive en el mejor año, con los mejores resultados, en tu negocio siempre hay algo por corregir, algo por mejorar; siempre hay espacio para la innovación. ¿Por qué hacerlo en este momento? Porque hay menos resistencia y se evita caer en la siempre temible zona de confort. “Mi filosofía es reparar el techo mientras brilla el sol”, concluye Jack Ma.

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¿Qué vendes tú? ¿Propiedades? ¡Vende confianza!

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¿Alquilar o comprar? 5 consejos para tomar una sana decisión

Emil Montás - EmilMontas.com

¿Alquilar o comprar? Esta de una de las decisiones más difíciles que debe tomar una persona en algún momento de su vida. ¿Y sabes qué ocurre? Que la mayoría de las veces se equivoca. Sí, toma la decisión equivocada porque en torno de este dilema hay muchos mitos, se dicen muchas mentiras y también porque los interesados no se asesoran de las personas adecuadas, idóneas.

Cuando yo era chico, mi mamá me dio un consejo que quizás a ti también te brindaron: “Hijo, el que se casa, quiere casa”. Es una vieja tradición, fruto del modelo educativo en el que nuestros padres y abuelos fueron criados y que se transmitió de generación en generación. Esta creencia está tan arraigada, que hoy todavía, en pleno siglo XXI, el que se casa, quiere casa.

En muchos de nuestros países latinoamericanos, tener familia significa tener casa, y viceversa. Inclusive, los jóvenes de hoy, en especial los mileniales (nacidos a partir de los años 80) y la generación Z (nacidos en el siglo XXI), cuya vida se rige por el espíritu de la libertad y la independencia, también entraron en esa tendencia y ahora, aun siendo solteros, quieren casa.

Y hay más: en estos tiempos modernos, son muchas las personas que viven solas, bien porque decidieron estar en esa condición o porque se divorciaron o quedaron viudos. Lo cierto es que cada vez hay más clientes buscando una vivienda y todos, sin excepción, se enfrentan al dilema que no saben cómo resolver: ¿comprar o alquilar? Veamos cuáles son las diferentes opciones.

Lo primero que tienes que considerar, con una mano en el corazón, es tu situación económica. ¿Tienes el dinero? Si lo tienes, el segundo interrogante es, ¿compro o alquilo? Si no dispones de los recursos, no te queda más remedio que alquilar. Entonces, debes enfocarte es en hallar las mejores condiciones: conseguir el inmueble que deseas sin sacrificar tu bienestar económico.

Y aquí quiero tocar un punto que es común, aunque casi nadie lo quiere admitir: no les agrada ser arrendatarios, se sienten incómodos. ¿Por qué? No entiendo. De hecho, debes saber que el mercado inmobiliario se divide entre propietarios y arrendatarios. Y hay más de los segundos que de los primeros. ¿Lo sabías? Entonces, no hay porqué sentirse mal si eres uno de ellos.

El arrendatario es tan importante para el mercado como lo es el propietario. Si todavía no te convences, te hago una pregunta: ¿qué pasaría si todos fuéramos propietarios? Pues, se acabaría el negocio inmobiliario. Por supuesto, no queremos que eso suceda. Por eso, lo que necesitas es informarte bien, llenarte de argumentos poderosos para tomar una decisión sana.

Comprar es, para muchos, la mejor opción. Si dispones del dinero para pagar de contado, el efecto inmediato se manifiesta de dos maneras: no debes un peso y la propiedad es tuya en su totalidad. Si no lo tienes, o solo tienes una parte, pero estás decidido a comprar, no te queda más alternativa que hacer uso de una hipoteca. Ese, lo sabes, es un compromiso a largo plazo, entre 10 y 30 años.

¿Alquilar o comprar? Nunca tomes esta decisión solo. Es decir, antes de decidir cuál de las dos opciones es la que más te conviene, háblalo con tu consultor inmobiliario. Él debe informarte cuál es el presente del mercado, cuál es la tendencia para los próximos meses. Además, si eres casado, esa es una decisión en la que debería participar, al menos, tu esposa. Recuerda que la premisa para tomar decisiones sanas es contar con buena información, con mucha información.

El Consejo de Emil

¿Estás dispuesto a adquirir un compromiso a largo plazo? ¿Cuentas con el respaldo para pagar esa deuda durante ese período? Y si te despiden dentro de un o dos años, ¿podrías honrar tu deuda? Estas son las preguntas que a muchos les resulta incómodas, y lo entiendo, pero son las preguntas que necesitas responder con total honestidad antes de embarcarte de una deuda/problema.

Hay algo más que debes considerar: si tomas una hipoteca para adquirir ese inmueble que te interesa, tú no eres el propietario. El real propietario es el banco que te otorgó la hipoteca y que invirtió su dinero para darte la facilidad de pagar solo el 30 % del valor de la propiedad. Eso quiere decir que el banco es dueño del restante 70 %, y lo seguirá siendo hasta que pagues tu deuda.

Lo importante es que entiendas que la hipoteca es una buena opción, pero te exige tener la posibilidad de cumplir con los pagos mes a mes, mes a mes, durante el tiempo estipulado. Si llega el momento en que no puedes cumplir, el banco ejecuta su garantía. ¿Y sabes cuál es? Se queda con la propiedad. Eso, por supuesto, es lo que hay que evitar, porque es muy doloroso.

Entonces, vale la pena considerar la alternativa del alquiler, inclusive si dispones del dinero para cubrir parte del costo. Lo primero que tienes que entender es que ser arrendatario muchas veces es el paso previo a ser propietario, una escala técnica necesaria para algunas personas. Tomas el inmueble y dispones del dinero para una inversión más rentable o lo usas como capital de trabajo.

Ahora, veamos las consideraciones: ¿cuándo es mejor alquilar que comprar? Primero, cuando no dispongo del dinero para comprar de contado o cuando las condiciones de la hipoteca no me favorecen. Pero, y esto es algo que muchas personas desconocen, es mejor alquilar que comprar cuando el mercado está a la baja, cuando los precios de la vivienda están cayendo.

“Ay, Emil, ¿cómo así que el precio las propiedades cae?”. Esa es una pregunta que provoca muchos dolores de cabeza. Y la respuesta es clara y contundente: Sí, las propiedades bajan de precio. ¿Por qué? Porque el mercado es fluctuante, es cíclico: sube y baja constantemente, dependiendo de la ley de oferta y demanda. Esa es una información que debe proporcionarte tu consultor inmobiliario.

Ser arrendatario, sin embargo, tiene un beneficio que algunos no toman en cuenta: si cumples y realizas tus pagos puntualmente, te acredita como un buen cliente. Esa es una información muy importante para el banco, en especial si en el futuro tú solicitas un nuevo préstamo hipotecario. Por supuesto, si no cumples, si te atrasas en los pagos, se da el efecto contrario, el negativo.

Resumamos:

1) Si dispones del dinero, compra cuando el mercado esté estable y la tendencia de los precios sea al alza

2) Usa la hipoteca cuando no tengas el recurso o si las tasas de interés son bajas

3) Aunque tengas el dinero para comprar, si el mercado está a la baja es mejor alquilar

4) No te dejes llenar la cabeza de malas ideas: ser inquilino no es malo para el mercado

5) Infórmate bien, asesórate bien, porque una buena inversión se sustenta en una sana decisión

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5 tips para que la relación con tu cliente sea excelente

Emil Montás - EmilMontas.com

No es la tecnología, no es el marketing, no son los cambios frecuentes de las condiciones de las diferentes plataformas, no son los resultados de tu negocio mes a mes. Todas esas opciones generan estrés, nos desgastan y hasta nos provocan un ataque de nervios. Sin embargo, lo más difícil del quehacer de un emprendedor es la relación con su cliente.

Es una contradicción: necesitamos al cliente, que es la razón de ser de nuestro negocio, pero a veces se nos aparecen unos clientes que, ¡válgame Dios! El problema es que cuando se comienza la relación con esa persona no sabemos cómo es en verdad: tenemos una primera impresión, por lo general buena, pero no siempre nos muestra la realidad.

Hay dos lecciones que debes aprender para que tu relación con el mercado, con algunas personas del mercado, no te colme la paciencia y te lleve a cometer algún error costoso. La primera es la ley de atracción: atraes lo que proyectas. La segunda: no hay razón alguna para que tengas que lidiar con esos clientes tóxicos que nada te aportan.

Vamos por partes. La ley de atracción aplica en la vida y, por supuesto, también en los negocios. El problema es que es algo inconsciente, en ocasiones no nos damos cuenta de lo que proyectamos. Y no encontramos explicación cuando la situación molesta se repita una y otra vez, hasta convertirse en un karma. Necesitamos ver qué es lo que proyectamos.

Por otra parte, desde siempre se acuñó la idea de que “el cliente siempre tiene la razón”, y no es así. De hecho, muchas veces no la tiene y no tienes por qué dársela simplemente para complacerlo, para congraciarte con él. En los negocios, tenemos que aprender a decir NO (así, en mayúsculas), así esa respuesta represente perder un cliente o un prospecto.

“Ay, Emil, con lo difícil que es conseguir un cliente, ¿cómo lo vamos a dejar ir?”, podrás preguntarte. Sí, te lo digo con la mano en el corazón: esos clientes que se convierten en una molestia, que solo tienen objeciones, es mejor dejarlos ir. Y si no se van, hay que ahuyentarlos. Te desgastan, te restan energías, te hacen perder tiempo y dinero.

Sin embargo, lo mejor para todos, para ti, para tu negocio y para tu cliente, es que la relación sea armónica, tranquila, y represente un intercambio de beneficios. ¿Es muy difícil conseguir esto? A veces, sí. En la mayoría de las ocasiones, cuando no se puede, es fruto de los errores que cometemos, en especial porque permitimos que el mal avance demasiado.

La paciencia y la tolerancia son dos amigas que tienes que incorporar en tus estrategias de trabajo, en especial cuando tienes contacto directo con tus clientes. No siempre hay que darle la razón, pero siempre hay que hacer nuestro mejor esfuerzo por ofrecerle la atención adecuada y brindarle una experiencia positiva y satisfactoria.

El Consejo de Emil

A lo largo de mi trayectoria, gracias a las enseñanzas de mis mentores y a las experiencias propias y de mis colegas, aprendí cinco estrategias para que la relación con tu cliente sea positiva. Te prevengo de algo, sin embargo: no son una ley. Quizás no todas sean efectivas para ti, pero está claro que pueden ser una guía que te dé una mano. Veamos:

1) Sé sincero: aunque sea a regañadientes, un cliente entenderá si tú declinas a atenderlo, más allá de que no esté de acuerdo con tus razones. Lo que jamás te perdonará es que no seas honesto con él. Si hay algo que te molesta, díselo, con decencia, de buena manera. Quizás sea un aprendizaje que le sirva para el futuro.

2) Genera confianza: uno de los errores nuestros que provocan que el cliente asuma una actitud defensiva, molesta, es que solo le queremos vender. La venta, amigo mío, es una consecuencia, no el fin de tus acciones. Gánate su confianza, su credibilidad, y verás cómo sus objeciones se caen una tras otra sin necesidad de que tú intervengas.

3) Entiéndelo: no escuchar al cliente nos lleva a un error complicado, que es que nunca comprendemos a ciencia cierta cuál es su problema, cuál es su dolor. Entonces, por más que nos esforzamos, no podemos darle la solución que necesita. Pregunta antes de hablar, pregunta después de hablar, hasta que puedas ponerte en sus zapatos.

4) Comunícate: lo primero que debemos aprender es que comunicarse no solo significa hablar, ser el emisor del mensaje. En los negocios, especialmente en este momento, la prioridad es escuchar al cliente. Mantenlo informado y preocúpate de que lo que digas sea de valor, algo que le ayude a superar sus miedos, a encontrar la solución a su problema.

5) Mide tus acciones: el monitoreo de las acciones y estrategias que emprendes es una necesidad. Te permite detectar eventuales equivocaciones, y corregirlas. También te dice qué y dónde debes reforzar y te brinda información de lo que funciona bien, para que lo repliques. Los números de las métricas son una retroalimentación muy valiosa para ti.

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¡Bienvenido a mi nueva web!, y gracias por estar aquí

Emil Montás - CDEI


Estuve de remodelación. Era una asignatura pendiente desde hace un tiempo, pero ya está. Es algo que me llena de alegría, porque esta web es uno de los principales canales de comunicación que tengo con el mercado, contigo. Y, antes de avanzar, quiero hacerte una promesa (y tú sabes que yo cumplo las promesas): será la fuente para brindarte tanto valor como sea posible.

Dicho esto, ahora viene la explicación. Quizás no lo sepas, pero esta de implementar una página web y alimentarla permanentemente con contenido de calidad no es una tarea fácil. No solo se necesitan el conocimiento y la habilidad para hacerlo, sino que se requieren disciplina y un alto grado de profesionalismo para generar contenido variado y de cantidad con frecuencia.

Recientemente, se vinculó a mi equipo de trabajo una persona que me asesorará y me ayudará a brindarte la información que enriquezca y mantenga actualizado el vínculo que nos une. Es mucho el conocimiento y mucha la experiencia que anhelo transmitirte y por eso hice este esfuerzo para cumplir con ese propósito. Quiero que todas las semanas encuentres aquí la mejor información.

Te compartiré contenido relacionado no solo con el mundo inmobiliario, que es mi pasión y mi oficio, sino también con el apasionante universo del marketing digital. ¿Por qué? Porque quiero que tú también dispongas de las mismas herramientas y de las mismas estrategias que me han permitido convertirme en una referencia del mercado, en la mejor opción para mis clientes.

Este es un proyecto que se irá implementando poco a poco. Más que abrumarte con mucho contenido, me interesa brindarte información de calidad, contenido que te aporte valor. Ansío que los artículos sean una guía, que te ayuden a tomar decisiones sanas a la hora de realizar inversiones, que si eres consultor inmobiliario te sirvan para orientar mejor a tus clientes.

Lo fundamental es que es un proceso en el que tú, amigo mío, desempeñas un rol muy importante. Sí, no quiero que seas un agente pasivo, apenas un receptor de lo que te ofrezco. Sé que tienes mucho por aportar, y lo agradezco. Como sabes, soy un convencido de que más que un vínculo de negocios, la nuestra es una relación de beneficios mutuos entre partes interesadas.

Por eso,agradezco tu retroalimentación. Tus comentarios, tus sugerencias, tus críticas constructivas son muy importantes para mí y para mi equipo de trabajo. Desde esta orilla haremos el mayor de los esfuerzos por honrar el compromiso establecido y por cumplir la promesa que te hicimos. Contamos contigo para nos enriquezcas y nos estimules con tu valiosa opinión.

EmilMontas.com no solo es una de las más poderosas herramientas de trabajo con que cuento, sino también un sueño personal hecho realidad. Un sueño que solo tiene sentido si contribuye a ayudarte a cristalizar los tuyos también, no importa si eres un cliente que desea vender una propiedad, uno que desea adquirirla o un colega consultor inmobiliario. ¡Esto es para todos!

¡Bienvenido a mi nueva web!, y gracias por estar aquí.

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¿Millonario exprés? No creas mentiras y ponte a trabajar

Emil Montás - CDEI

La reciente visita a Panamá y Colombia me dejó muchas y grandes satisfacciones. El contacto directo con mis clientes o con personas con las que comparto la pasión por el negocio inmobiliario es algo que me llena de alegría, de satisfacción y de orgullo. Aunque, a veces, me genera algunas preocupaciones, en especial porque veo a muchos jóvenes que puede ir por el camino equivocado.

¿Cómo así, Emil?, te preguntarás. Una de las alegrías de las conferencias que dicté en Hotmart y en La Cumbre de la Riqueza, evento al que mi amigo Javier Hernández gentilmente me invitó, fue comprobar que había muchos jóvenes en el auditorio. En los últimos años, a diferencia de la época en la que comencé, son cada vez más los jóvenes que son atraídos por el negocio inmobiliario.

Son entusiastas, son inquietos, son de mentalidad abierta, son echados palante. Todo eso está muy bien, me gusta. Sin embargo, reúnen algunas de las características que comúnmente se manifiestan como defectos. ¿Cómo así, Emil?, te preguntarás de nuevo. A estos jóvenes los mueve el deseo de ser millonarios a corto plazo y, en consecuencia, son impacientes y poco metódicos.

Todos los días vemos en internet anuncios que nos invitan a invertir en un proyecto ganador, a comprar el curso que te hará rico en 30 días, a seguir los 10 paso que se harán millonario, y cosas por el estilo. Aunque sabemos que la mayoría de esas propuestas son una estafa, cada día caen más personas que quieren probar suerte, que en su desespero no encuentran otra salida.

Salvo que te ganes la lotería (y tienes que comprarla), nada te hará millonario de la noche a la mañana, en un abrir y cerrar de ojos. No te dejes engañar. Y no pierdas tu tiempo en actividades que no son productivas. Dedícate a trabajar, busca asesoría profesional, diseña un programa y síguelo al pie de la letra. Habrá dificultades, sí, pero tarde o temprano llegará la recompensa. Y será más de lo que esperas.

​El Consejo de Emil

Yo también fui joven, yo también quería producir mucho dinero tan rápido como fuera posible, yo también vi casos de amigos y conocidos que cayeron en esa trampa. No solo perdieron aquello que invirtieron, sino también su tiempo y algo muy importante: la confianza. ¿Cómo evitar este error? Aprende estas ocho estrategias que te podrán llevar a donde quieres, con menos riesgo:

1) Invierte en ti. La mejor semilla no germina entre las piedras, donde no recibe agua, donde no le da el rayo del sol. Igual pasa con el ser humano: si no se nutre permanentemente, si no aprende, si no se actualiza, si no multiplica lo que tiene, tarde o temprano se marchita. Invertir en ti también significa hacer lo que te gusta, vivir la vida, seguir tus pasiones, amar a los tuyos, reír a carcajadas.

2) No le temas al dinero. Parece un disparate, pero es cierto: hay personas que prefieren no ganar mucho porque no saben qué hacer con ese dinero, porque temen que aparezcan los problemas, que su vida se desordene. Con o sin dinero, ese riesgo existe. El dinero, en esencia, no es bueno ni malo: depende del uso que le des. Más bien, prepárate para emplearlo adecuadamente.

3) Gasta menos, invierte más. Se dice fácil, se hace difícil. Desde la infancia, en la casa, nos enseñan a gastar y poco o nada nos cultivan el hábito del ahorro. Y mucho menos nos hablan de invertir. Hoy, afortunadamente, hay muy buenos consultores que te brindan una gran educación financiera, que te cambian el chip con el que crecimos. Sumar más y restar menos, la premisa.

4) Paga tus deudas. Producto de esa mala educación que arrastramos, la cultura del consumo, somos muy dados a adquirir deudas que, la mayoría de las veces, no se justifican. La verdad es que terminamos trabajando no por nuestros sueños o por lo que deseamos, sino para cumplirle al banco. Y esa no es vida. Endéudate solo si es necesario y paga tus deudas. ¡Vive tranquilo!

5) Sé productivo. En el mundo moderno, muchas personas asumen que estar ocupado frente al computador o con una torre de papeles en el escritorio es trabajar. No es así: trabajar es ser productivo, es disfrutar lo que haces, es aprovechar tus dones y talentos, es ayudar a otros con tu conocimiento. Y, sobre todo, es ser productivo: recibir a cambio la recompensa deseada.

6) Aprende a administrar. El arte del éxito no radica en cuánto tienes, sino en qué haces para multiplicar esos recursos. Ahorra una parte de lo que ganas, reinvierte otra porción en tu negocio o en ti (en capacitación), delega y rodéate de gente competente que te motive a ser mejor. La fuente de la riqueza surge de aprender a administrar recursos, herramientas y tiempo.

7) Deja de soñar y, ¡actúa! La razón por la cual la mayoría de personas se queda en las buenas intenciones es porque vive soñando y nunca da el primer paso. El conocimiento, el talento y los dones que tienes, los recursos y herramientas con que cuentas de nada sirven si no tomas acción. Atrévete, deja el miedo, aprende de tus errores y levántate cuando caigas. Deja de soñar y, ¡actúa!

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El éxito es un hábito: ¡apréndelo, cultívalo y multiplícalo!

Emil Montás - CDEI

Los medios de comunicación nos exhiben a Bill Gates, Elon Musk o Mark Zuckerberg como los modelos ideales del éxito en la vida y en los negocios. Sus historias son populares y los profesores universitarios las utilizan como referencia e inspiración para quienes sueñan con ser hombres de negocios. Esa, sin embargo, es solo una cara de la moneda, apenas una parte de la historia.

La prestigiosa revista Forbes, la referencia mundial para conocer quiénes son los hombres más ricos del planeta, dice que el surafricano Elon Musk de 46 años atesora una riqueza de 20.000 millones de dólares. No me preguntes cuántos ceros son, porque es una locura. Lo increíble es que las proyecciones de los expertos es que su cuenta corriente siga subiendo como la espuma.

Autodidacta de la programación, a los 12 años hizo su primer negocio significativo: vendió en 500 dólares el código fuente de su primer video juego. En adelante, su vida ha sido un sinfín de éxitos y fracasos, más de los primeros que de los segundos, y muchos ven al CEO de Tesla y SpaceX como el único capaz de cumplir un viejo anhelo de la humanidad: habitar otros planetas.

Debo decirte que, sin duda, Musk, lo mismo que Gates o Zuckerberg, es un personaje inspirador. Es mucho lo que podemos aprender de él. Pero, ten cuidado de no comerte el anzuelo de que su éxito es producto de un talento inconmensurable, de una inteligencia superlativa, de algunos superpoderes o de magia. La verdad es que ellos son producto de trabajo, trabajo y más trabajo.

No hay fórmulas mágicas, no hay libretos perfectos, ni siquiera hay modelos ideales. Hay ejemplos que puedes conocer y adaptar a lo que tú eres, a lo que tú necesitas, a lo que tú deseas. El resto es levantarte cada día con la pasión más grande del mundo dispuesto a dar lo mejor de ti, a trabajar por tus sueños y a cultivar estos y otros hábitos que te ayuden a llegar a donde quieres estar.

​El Consejo de Emil

Por supuesto que tienen talento, que son inteligentes, que dominan algunas habilidades que parecen superpoderes, pero ninguno es mago. Lo que los hace realmente diferentes y especiales, lo que les ha permitido alcanzar tal nivel de éxito, son sus hábitos. Sí, lo que hacen cada día para ser más productivos, para sacar provecho de sus recursos, para multiplicar lo que poseen.

Te comparto ocho hábitos saludables a la hora de aprender. Aplícalos y triunfa:

1) Márcate objetivos: obvio, ¿cierto? La verdad, sin embargo, es que muchos emprendedores no llegan a donde quieren simplemente porque no saben a dónde quieren llegar. Quieren ser ricos, pero no saben cómo producir riqueza. Establece dos o tres objetivos, no más, y enfócate en ellos. Cuando los cumplas satisfactoriamente, traza otros distintos y más ambiciosos.

2) Organiza tu tiempo: la improvisación es el socio del fracaso, ¿lo sabías? Un primer paso es saber a dónde quieres llegar y el segundo, saber cómo vas a llegar. Necesitas fijar unas tareas, establecer prioridades y comenzar a trabajar. Ten en cuenta algo muy importante que muchos omiten: en tu programación debe haber tiempo para tu descanso, tu familia y disfrutar la vida.

3) Analiza tu camino: necesitas saber dónde estás parado. Si tu negocio es un restaurante de comida italiana, debes conocer a la competencia: qué hace, cómo lo hace, por qué lo hace. Y no puedes olvidarte de tus clientes, que son la razón de ser de tu emprendimiento. Analiza tu camino, traza una ruta y síguela con método y persistencia. Mide resultados que te permitan corregir.

4) Aprende a delegar: no pretendas ser el superhéroe de la película, el que todo lo sabe y todo lo puede. El arte del éxito en los negocios del siglo XXI está en delegar. Asume las responsabilidades que tú y solo tú puedes desempeñar, pero no más de 2 o 3. El resto, en especial las tareas operativas, ponla en manos de personas profesionales competentes y de tu plena confianza.

5) No dejes de aprender: creo fervientemente que un día sin aprendizaje es un día perdido. Lee, estudia, asiste a eventos organizados por personas reconocidas y confiables de tu medio, participa cuando puedas de masterminds, toma los cursos que fortalezcan tus talentos y habilidades. En la vida y en los negocios, el peor enemigo no es la competencia, sino la falta de preparación.

6) Comunícate asertivamente: hoy, en la era de los dispositivos inteligentes, la comunicación es un riesgo. Podemos quedar en evidencia, mal parados, si no actuamos correctamente. Cuida tu imagen, porque es el activo más importante de tu negocio: recuerda que el cliente no compra propiedades, o cursos, o productos digitales; lo que compra es confianza y credibilidad. ¡Cuídalas!

7) Establece alianzas: nadie, absolutamente nadie, se hizo solo o triunfó en la vida o en los negocios. Todos necesitamos de otros. Rodéate de personas mejores que tú, más capacitadas, con mayor experiencia, gente de la que puedas aprender constantemente. Amplía tu red de contactos, haz que tus horizontes superen las barreras tradicionales. No olvides que la unión hace la fuerza.

8) Vela por ti: vida solo hay una y el trabajo, los negocios y el éxito son apenas una parte de ella. Tu familia, tus hijos, tus amigos, tus compañeros y tus clientes merecen lo mejor de ti y solo se los puedes ofrecer si cuidas de ti mismo. Haz deporte, viaja, date gusto, escucha la música que te gusta, duerme bien y agradece lo que la vida te da. Comparte y multiplica tu bienestar.

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Cumbre de la Riqueza: el mercado inmobiliario, una oportunidad

Emil Montás - CDEI

Me encantan los retos, porque me obligan a sacar lo mejor de mí. Por eso, cuando mi amigo Javier Hernández me invitó a ser parte de la Cumbre de la Riqueza, en Bogotá, no lo dudé un instante. Como sabes, tengo amplia experiencia dirigiéndome a auditorios conformados por consultores inmobiliarios, pero esta vez era diferente: me enfrentaba a un grupo de inversionistas.

Ese sábado era el último día de mi viaje, que comenzó en Panamá y luego tuvo intensas y muy enriquecedoras jornadas en Bogotá. Con el entusiasmo que siempre me genera el hecho de estar frente al público, me levanté con la energía positiva en el máximo nivel. Y mi adrenalina se desbordó cuando Javier me informó que solo disponía de una hora y 15 minutos.

“¿Nada más?”, pregunté. Dirás que 75 minutos son suficientes, pero la verdad es que esa presentación está diseñada para un poco más de dos horas. Y como se trataba de un público que poco o nada conocía del mundo inmobiliario, me hubiera encantado tener más tiempo. Pero, sé que esto ocurre con frecuencia y pensé que era una arandela más para el reto que había asumido.

Cuando estás frente a un auditorio que no está especializado en el mismo tema del que tú eres experto, pueden darse dos escenarios: uno, el ideal, que haya una rápida conexión con el público y se genere una interacción enriquecedora. Otra, que no se dé esa conexión y, entonces, haya quienes se distraigan, se ausenten aunque su cuerpo continúe allí, apostado en una de las sillas.

Por fortuna, sucedió lo primero. La verdad, se trataba de un público maravilloso, con todas las características que garantizan que el tiempo sea bien aprovechado, que haya un intercambio de aprendizajes: disposición, mente abierta y, algo muy importante, buen humor. Sí, porque la alegría es uno de los factores que nos permite aprender más rápido y mejor.

Los inversionistas en bolsa son personas que viven en modo dinero, con el signo $ dibujado en la frente. Y está bien, porque esa es la naturaleza de su actividad, una profesión que admiro y respeto profundamente. El problema es que suelen ser personas de poca paciencia, inclinados a los resultados inmediatos, a la adrenalina y al estrés de la fluctuación del mercado.

Si bien en el mundo inmobiliario también hay fluctuación, adrenalina y estrés, se manifiestan de manera diferente. Y la paciencia es una de las claves del éxito, porque hay que respetar el proceso, porque la negociación con el cliente no se da de un día para otro, porque hay otros factores que se deben considerar. Pero también hay puntos comunes entre las dos actividades, y eso aprendieron.

No hay nada más aterrador que el miedo a aprender. ¿Sabes por qué? Porque casi siempre implica un cambio (de ambiente, de actitud, de hábitos), y eso nos produce pánico. ¿Sabes cómo derrotarlo? Con conocimiento. El aprendizaje es la luz en el camino, algo así como el Ángel de la Guarda que te cuida las espaldas. Aprender, porque eso nadie te lo puede arrebatar.

​El Consejo de Emil

Cuando uno trabaja en un campo en el que es posible ganar elevadas sumas de dinero producto de una sola transacción, necesita aprender a moverlo para multiplicarlo, para rentabilizarlo. Esa es una de las coincidencias entre el mundo inmobiliario y el de las inversiones en bolsa: se puede ganar mucho dinero, pero también existe el riesgo de perder mucho dinero, de perderlo todo.

Les conté como hago yo para sacar provecho de la plusvalía de mis inversiones, les mostré cuáles son las estrategias que ejecuto para participar en proyectos que me brinden ganancias y, lo más importante para ellos, les hice ver cómo pueden ellos ayudar a sus clientes a realizar inversiones sanas, inteligentes y, sobre todo, rentables en el mercado inmobiliario. ¡Y les encantó!, te digo.

Aparte de mi familia y de las personas que me acompañan en mi empresa, el mundo inmobiliario es mi otra pasión. Disfruto mucho ese trabajo y disfruto mucho no solo cuando puedo contribuir a que un cliente obtenga la propiedad que tanto había soñado, sino que también me produce una gran satisfacción comprobar cómo otras personas, ajenas al medio, ven el potencial que ofrece.

Y fue esa, precisamente, la palabra que empleé para hacerles ver las oportunidades que están ahí, al alcance de su mano, para hacer inversiones sanas y rentables. A medida que vieron que ese es un campo muy interesante para sus clientes y para ellos mismos, la temperatura subió al máximo. La interacción fue muy enriquecedora y a muchos la idea les quedó dando vueltas en la cabeza.

Cuando se terminó el tiempo, debo confesarte que el más feliz del auditorio era yo. Amo lo que hago y amo que otros se interesen en ello. El rato del refrigerio se fue en atender las inquietudes de los más interesados, que no eran pocos, y de los que deseaban saber qué debían hacer para aceptar la invitación que les hizo: que hagan parte de la Convención CDEI-2018, en octubre.

Por supuesto que les hablé de este, el evento más importante del mundo inmobiliario no solo en República Dominicana, sino en Latinoamérica. Seré muy feliz si algunas de las personas del privilegiado escenario de la Cumbre de la Riqueza estuvieran en Punta Cana. Ese fue el punto final de un viaje excitante, con mucho trabajo, mucho aprendizaje y muchas oportunidades.

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VCDC en Hotmart: ¡es el comienzo de grandes cosas!

Un solo gesto de gratitud es suficiente para sentir la satisfacción por el deber cumplido. Pero cuando termino una charla con un auditorio lleno y veo cómo las personas se retiran sonrientes y me retribuyen con un cálido y sincero “¡Muchas gracias, Emil!”, sé que valió la pena. Esa fue la sensación que experimenté al concluir la conferencia Vender Casas Desde Casa, en Bogotá.

Tengo que hacerte una confesión: yo fui el primer sorprendido. El salón que nos brindó Hotmart estaba preparado para 50 personas, el máximo de su capacidad, pero ingresaron 80. Era el primer contacto que tenía con el mercado inmobiliario colombiano y tengo que decir que se superaron mis expectativas más optimistas. Estas personas están llenas de entusiasmo y de gran energía.

Aunque tengas una larga trayectoria, aunque hayas estado decenas de veces en el escenario, cada conferencia es una nueva experiencia, una experiencia distinta. Y esta, te lo digo con humildad y con honestidad, fue muy enriquecedora. Era una oportunidad que esperaba desde hace tiempo y le agradezco a la vida que haya resultado tan gratificante. ¡Es el comienzo de grandes cosas!

Los latinoamericanos tenemos un ADN común que nos conecta de maneras maravillosas. Una de ellas es la posibilidad de compartir lo que somos, lo que tenemos, lo que hemos aprendido, y ponerlo a disposición de otros para ayudarlos a solucionar sus problemas. Que en esencia son los mismos que tú tienes, que yo tengo. Y eso, precisamente, fue lo que percibí en mi visita a Bogotá.

Tuve un público diverso: jóvenes con espíritu emprendedor que ven en el negocio inmobiliario una oportunidad para cumplir sus sueños de tener un negocio propio y generar recursos económicos que les den libertad financiera y adultos con experiencia en el mercado, pero con la pasión y los sueños intactos. Hombres y mujeres dispuestos a ser los mejores consultores inmobiliarios.

Fue un experimento maravilloso posible solo gracias al poder de internet. Realicé una campaña exprés en Facebook e Instagram y los resultados fueron increíbles: llegaron algunas personas que habían escuchado de Emil Montás, pero también muchos otros que no sabían nada de mí, pero que desean avanzar en la profesión que escogieron para cumplir sus sueños y ser exitosos.

Comencé en el mundo inmobiliario cuando era muy joven y pronto cometí el error de creer que me las sabía todas. La vida me demostró que no era así y desde entonces entendí que soy un aprendiz eterno, más que un maestro. Hoy tengo el privilegio de aprender más de lo que enseño y esa es una de las lecciones más valiosas que puedo brindarte. ¡Nunca te canses de aprender!

​El Consejo de Emil

Y ese poder de internet, de la tecnología y de las estrategias que nos permiten trabajar desde cualquier lugar y conectarnos con nuestros clientes así estemos a miles de kilómetros de distancia fue lo que puse a disposición de estas increíbles personas. Vender Casas Desde Casaes un programa que solo cobra sentido cuando les sirve a otras personas a alcanzar sus metas.

Había estado en Colombia en otras oportunidades, había tenido contacto con el mercado a través de internet y una vez tuve la oportunidad de tomar un café y conversar con algunas personas que hacen parte del Club de Emprendedores Inmobiliarios (CDEI). Sin embargo, no había tenido la ocasión de hacer una charla ante un público selecto, entusiasta y comprometido como este.

Te lo repito: es el comienzo de grandes cosas. Fue un primer paso en el que espero sea un largo camino de compartir conocimientos, experiencias, vivencias y aprendizajes. Hoy sé que hay mucho por hacer en Colombia, que hay un mercado que necesita mejores consultores inmobiliarios, mejor capacitados y apalancados en las herramientas y recursos que nos ofrece la tecnología.

Esa, créeme, es una ganancia invaluable. Cada una de las personas que abandonó el recinto con una sonrisa y un agradecimiento representa un compromiso para mí y quienes me acompañan en esta labor. Como dice el popular éxito de Wilfredo Vargas, ilustre compatriota y embajador del merengue, ¡volveré! Sí, volveré a Colombia porque compartimos un sueño, una pasión.

Si fuiste uno de quienes estuvo presente en la conferencia, de nuevo mi gratitud por la gentileza de haber estado conmigo ese tiempo, esa tarde en un día laboral. También, por tu entusiasmo, por tu compartir tu conocimiento, por tus ganas de aprender y ser mejor cada día, por tu vocación de servicio. Estoy seguro de que si nos damos la oportunidad podemos conformar un gran equipo.

Si en esta oportunidad no pudiste acompañarme, te pido que, por favor, estés pendiente de mis publicaciones en las redes sociales, porque volveré para que me ayudes a construir ese sueño por el que nos encontramos. Quizás en uno de mis próximos viajes a Colombia seas uno de aquellos a los que pueda estrechar la mano y darle las gracias por haber sido parte del auditorio.